Es un error común pensar que el precio de una acción representa el valor de una empresa. Si fuese así, una empresa con un precio por acción de 100 dólares debería ser más valiosa que una empresa con un precio por acción de 10 dólares. Nada más lejos de la realidad. La única medida real del «valor» de una empresa es la capitalización bursátil.

¿Qué es la capitalización bursátil?

La capitalización bursátil (en inglés market capitalization o, más frecuentemente, market cap) es el precio que tendríamos que pagar si quisiéramos comprar todas las acciones de una empresa. Se calcula multiplicando el precio de una acción (su cotización) por el número total de acciones que existen de esa empresa.

Si una empresa tiene 20 millones de acciones y su cotización en bolsa es de 10 euros por acción, su capitalización será de 200 millones (20 millones de acciones x €10 por acción).

Puede ocurrir que otra empresa cotize a 20 euros por acción (el doble que la primera) pero solo tenga 1 millón de acciones. En este caso, a pesar de cotizar más «cara», su capitalización bursátil será mucho menor (20 millones frente a 200 millones)

¿Qué significa que la capitalización bursátil de una empresa sea alta o baja?

Si te pido que pienses en «grandes empresas», lo primero que probablemente te venga a la mente son empresas como Microsoft, Apple, Alphabet (empresa matriz de Google) y Aramco (la compañía petrolera de Arabia Saudí). Estas 4 empresas son algunas de las más grandes del mundo, con valores de mercado superiores a los 2 trillones de dólares cada una.

Aunque no existe una clasificación oficial, podríamos dividir las empresas según su capitalización bursátil de la siguiente forma:

  • Mega-empresas: capitalización bursátil de más de 200 billones de dólares.
  • Grandes empresas: $10 – $200 billones.
  • Empresas medianas: $2 – $10 billones.
  • Empresas pequeñas: $300 millones – $2 billones.
  • Micro-empresas: menos de $300 millones

Más allá de la clasificación, la diferencia entre las acciones de alta capitalización (large-cap en inglés) y las de baja capitalización (small-cap) se reduce a una cuestión de expectativas.

Los valores de alta capitalización se perciben como apuestas más seguras a costa de una menor rentabilidad. Suelen ser empresas maduras, con una imagen de marca fuerte y una base de clientes establecida. Si bien estas características las convierten, a priori, en una buena inversión para inversores que buscan estabilidad, estas mismas características tienden a limitar su potencial de crecimiento. Es mucho más fácil que una panadería de barrio pase de vender 100 barras de pan un mes a 200 el mes siguiente que una aerolínea pase de transportar 100 millones de pasajeros un mes a 200 el mes siguiente. Sin embargo, conviene no dejarse engañar; gigantes en hipercrecimiento como Microsoft, Apple o Google son la prueba de que es posible conseguir crecimientos de doble dígito en empresas de gran tamaño.

Por su parte, las empresas de baja capitalización se perciben generalmente como inversiones más arriesgadas porque tienen un historial menos probado. Este tipo de empresas suelen estar menos establecidas, tener una imagen de marca más débil y ser menos estables financieramente que las empresas más grandes. A pesar de ello, las empresas de pequeña capitalización pueden ofrecer a los inversores un mayor crecimiento, ya que la mayor parte de su oportunidad de negocio está, por lo general, aún por llegar.

¿Qué factores pueden afectar a la capitalización bursátil de una empresa?

Como hemos visto, la capitalización bursátil de una empresa se ve afectada por el precio de sus acciones y por el número de acciones en circulación. Cuando el precio de las acciones de una empresa sube, su capitalización bursátil aumenta. Cuando el precio de sus acciones baja, su capitalización bursátil disminuye.

Por otra parte, cuantas más acciones haya en circulación, más diluida estará la propiedad de una empresa y, por tanto, menor será su valor de mercado. Por eso, cuando una empresa anuncia la emisión de nuevas acciones, su precio por acción suele bajar; en cambio si la empresa anuncia una recompra de acciones, la oferta disminuye y el precio tiende a subir.

¿Cuánto costaría comprar una empresa cotizada?

Aunque la capitalización bursátil mide el precio de todas las acciones de una empresa, no determina lo que costaría adquirir la empresa en una operación de fusión. Un método mejor para calcular el precio de adquisición de una empresa en su totalidad es el valor de empresa o enterprise value.

El valor de empresa se calcula tomando la capitalización de mercado de la empresa, sumando sus deudas totales y restando su efectivo y es una métrica muy utilizada para valorar si una empresa está cara o barata a un precio determinado.

¿Cómo te afecta la capitalización bursátil como inversor?

Una cartera diversificada debe contener empresas de todo tipo, incluidas empresas de alta y baja capitalización bursátil. Este tipo de diversificación proporciona una mayor probabilidad de conseguir alzas significativas y, al mismo tiempo, cierta estabilidad en su valor cuando la volatilidad en el mercado se dispara. A la hora de diversificar piensa no solo en industrias y países diferentes, sino también en tamaños de empresa distintos.

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