Comprar Amazon (NASDAQ:AMZN)

Cualquier amenaza a su reinado parece muy lejana y su futuro demasiado prometedor como para dejar escapar la oportunidad.

daniel-eledut

Amazon es la tienda online más grande del mundo.

Más de 100 millones de personas visitan una de sus webs o apps cada día. Su oferta de productos casi infinita, sus precios bajos y su obsesión por ofrecer el mejor servicio le han permitido convertirse en el líder indiscutible del comercio electrónico.
Pero Amazon no cautiva solo a consumidores.

¿Alguna vez te has fijado en el mensaje «Vendido por XXX» que aparece al lado de algunos artículos en Amazon? Más de 2 millones de vendedores de todo el mundo comercializan sus productos a través del Marketplace de Amazon de forma casi transparente para los consumidores. De hecho, un tercio de sus ingresos proceden de este canal.

1 millón de empresas confía en sus servicios para construir y mantener sus infraestructuras tecnológicas en la nube. Desde Moderna, para fabricar vacunas de mRNA de última generación, hasta Netflix para hacer llegar hasta tu casa sus series.

Además, es la tercera empresa más grande del mundo en publicidad digital, pisándole los talones a Google y Facebook.

Y por si fuera poco, está reinventando la logística. Morgan Stanley prevé que en 2022 Amazon entregue más paquetes utilizando su red logística propia que FedEx y UPS.
Y eso es solo el principio. Tiendas físicas como Whole Foods, ecosistemas de productos como Alexa y Kindle, o servicios en línea como Twitch, Prime Video, Prime Music o Prime Reading vienen pisando fuerte y poniendo en jaque todo tipo de industrias.
La ambición de Amazon no conoce límites.

¿Por qué Amazon?

Hacer crecer las ventas un 20% cada año durante décadas, es algo al alcance de muy pocas empresas. Hacerlo manteniendo márgenes por encima del 40% es casi imposible. Y aún así, Amazon siempre lo consigue sorprendiendo a los analistas. ¿Cómo lo hace?

En primer lugar, Amazon tiene una ventaja enorme basada en la escala. Su tamaño es tan desorbitado, que los altísimos costes fijos de mantener una plataforma como Amazon Web Services o miles de almacenes por todo el mundo quedan prácticamente diluidos entre miles de millones de dólares en ventas diarias.

En segundo lugar, Amazon tiene la confianza y preferencia de los consumidores. Con un valor estimado de más de 680.000 millones de dólares, Amzon es la marca más valiosa del mundo, por encima de empresas como Coca-Cola, Visa o la mismísima Apple. El 74% de las búsquedas de productos en Internet en EE.UU. comienzan en Amazon, no en Google. Y un 56% de los consumidores afirma que si tuviera que elegir una sola tienda donde comprar el resto de su vida, elegiría Amazon.

En tercer lugar, el negocio en la nube de Amazon no para de crecer. Su oferta de productos es cada día más amplia (computación, almacenamiento, seguridad…) y cada vez hay más empresas migrando más operaciones a la nube. Se estima que este mercado generó más de 370.000 millones de dólares en 2020 y que seguirá creciendo a un ritmo superior al 20% los próximos años. Aún mejor para Amazon, los servicios en la nube suelen ser críticos para las empresas y no es fácil cambiar de proveedor sin interrumpir el negocio, por lo que su posición de líder del mercado (con una cuota cercana al 35%) parece imposible de romper. A esto hay que sumar que el margen operativo de este negocio es uno de los más altos de su cartera.

El futuro de Amazon

La innovación es parte fundamental del ADN de Amazon. 

El lanzamiento de decenas de productos y servicios destinados a crear una relación a largo plazo con el cliente le ha convertido en una de las franquicias más rentables del mundo. Si Disney tiene un filón inagotable con Star Wars y Marvel, Amazon no se queda atrás con ecosistemas como Amazon Prime, Kindle, Alexa, Amazon Web Services o sus servicios de logística.

Amazon es la empresa que más dinero invierte al año en I+D+i. 42.700 millones de dólares el año pasado. Tanto como los dos siguientes en la lista juntos: Google y Microsoft.

Pero ser innovador no significa perder el foco. Amazon ha sido capaz de aprovechar sus activos para crear nuevos negocios rentables. Desde abrir su plataforma para que cualquiera pueda vender en ella a cambio de una jugosa comisión, hasta utilizar su capacidad sobrante en las horas valle para crear el mayor negocio de computación en la nube del mundo.

Pero es que, además, Amazon ha demostrado que tiene la paciencia suficiente para dejar madurar sus proyectos más innovadores. Y este es precisamente el talón de Aquiles de la mayoría de las grandes empresas: matar los proyectos innovadores antes de que puedan demostrar su potencial.

La combinación de una cultura que promueve la innovación centrada en el cliente con unos recursos financieros prácticamente ilimitados es una ventaja competitiva en sí misma. Innovar como lo hace Amazon es algo imposible de replicar. Si alguien puede disrumpir el negocio de Amazon, probablemente ese alguien sea Amazon.

¿Por qué ahora?

Con una capitalización bursátil de 1,8 trillones de dólares, es poco probable que Amazon repita la espectacular revalorización (más de un 1.200%) que lleva desde que la recomendáramos por primera vez en 2012.

Y a pesar del futuro alentador que parecen traer los próximos años para la empresa, la realidad es que la acción ha tenido un rendimiento bastante «mediocre» en el último año: una revalorización del 10% en un período en el que el Nasdaq se ha revalorizado un 38%.

Las causas son básicamente dos: el sobrecalentamiento del precio debido a la subida de más del 70% que consiguió en 2020, y los resultados, algo peor de lo esperados, que presentó en el segundo trimestre de este año.

La primera no requiere de mucho más análisis. Después de una revalorización tan espectacular, es natural, e incluso saludable, que se consoliden las ganancias antes del siguiente salto.

Sobre la segunda, cabe mencionar que los resultados que presentó la empresa no fueron en absoluto malos. Los ingresos crecieron un 27% con respecto al año anterior y el beneficio operativo lo hizo un 32%.

Lo que castigó el mercado fue cierta debilidad en el crecimiento de las ventas propias de Amazon en su plataforma, que aumentaron “sólo” un 13%, lo que representa una desaceleración sustancial con respecto a trimestres anteriores.

Pero la realidad es que esa parte del negocio es, precisamente, la menos rentable para Amazon. Los segmentos con márgenes más altos como las ventas de terceros en el marketplace de Amazon, los servicios en la nube y la publicidad siguen creciendo a un ritmo excelente, entre un 34% y un 83%.

Riesgos

Incluso la empresa con el futuro más prometedor está sujeta a importantes riesgos. En el caso de Amazon hay cuatro aspectos fundamentales que nos preocupan:

Nuevo CEO

El 5 de Julio Jeff Bezos, el fundador y CEO de Amazon desde sus inicios, dejó su puesto al frente de la compañía y puso a Andy Jassy en sustitución. Es innegable que el liderazgo de Bezos ha sido clave para el éxito de Amazon. Pero la realidad es que ni Bezos va a desaparecer por completo del mapa ni Jassy va a dar un giro de 180º a una compañía que va viento en popa. De hecho, Andrew Jassy, además de tener una estrecha relación con Bezos, forma parte de Amazon desde 1997, antes de su salida a bolsa, y es el principal responsable del lanzamiento de algunos de los mayores éxitos en la historia de Amazon como Amazon Web Services y Amazon Music.

Tensiones en el Marketplace

La presión de Amazon por conseguir los mejores precios y las mejores condiciones para sus clientes ha generado cierta tensión entre Amazon y los vendedores que comercializan sus productos en la plataforma, muchos de los cuales ven al gigante como un mal necesario.

Precisamente, el éxito de otra de nuestras recomendaciones, Shopify es en parte debido a la necesidad de estos vendedores de escapar de las garras de Amazon y contar con una plataforma propia desde la que distribuir sus productos.

En cualquier caso, creemos que el sector del retail a nivel mundial es los suficientemente grande como para que convivan en armonía dos modelos de negocio tan distintos como Shopify y Amazon.

Nuevos competidores

Ni siquiera todo el presupuesto de innovación del mundo podría defender a Amazon de nuevos entrantes que ataquen su mercado. Recientemente hemos visto como otra de nuestras recomendaciones, Etsy, ha logrado un crecimiento espectacular en ventas con un modelo muy parecido en algunas cosas y radicalmente distinto en otras a Amazon.

Si acaso, el principal problema que tiene Amazon es que la presión antimonopolio hace cada vez más difícil que pueda comprar a cualquier competidor que destaque como venía haciendo desde hace años.

Antitrust

Amazon, junto con Google, Apple y Facebook, ha estado últimamente bajo el escrutinio de las autoridades antimonopolio de Estados Unidos. En concreto, los reguladores están preocupados por el control que ejerce Amazon sobre los vendedores externos que comercializan sus productos en el Marketplace.

El Subcomité Antimonopolio de la Cámara de Representantes ha publicado recientemente un informe en el que se recomienda establecer límites a las grandes tecnológicas. Las cámaras han comenzado a redactar borradores de leyes que podrían restringir ciertas actividades empresariales o incluso obligar a la división de algunos gigantes tecnológicos, como ya pasó en su día con Microsoft.

Irónicamente, si el gobierno llegara a dividir a Amazon en diferentes negocios, hay muchas posibilidades de que la valoración de cada uno de ellos por separado termine siendo más alta que la valoración que recibe hoy la empresa en su conjunto.

¿Por qué invertir en Amazon?

Algunas empresas disfrutan de una posición de dominio, simplemente, porque son demasiado grandes para fallar. Otras porque tienen una legión de fans que convierten a la marca en un icono sagrado. Las menos, deben su dominio a su superioridad tecnológica.

Amazon tiene todos estos factores a su favor y algunos más. Y aunque eso no significa que sea inmune a la disrupción, cualquier amenaza a su reinado parece muy lejana y su futuro demasiado prometedor como para dejar escapar la oportunidad.

RECUERDA

Te recomendamos invertir en un mínimo de 20 acciones y mantenerlas un mínimo de 3 años. Nuestras ideas de inversión, no son recomendaciones personalizadas. Analiza su idoneidad en función de tus circunstancias . Consulta la renuncia de responsabilidad.

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