El Oráculo de Omaha, el mayor defensor de la inversión a largo plazo de la historia, cometió un error de inversión de 10.000 millones de dólares por esperar a que el precio de unas acciones bajara unos pocos centavos.
Me propuse comprar 100 millones de acciones de Walmart a unos 23 dólares. Compramos algunas pero el precio subió unos centavos y paramos. Pensé: «Bueno, volverá a bajar y seguiremos comprando más barato». Pero no. Nunca volvió a bajar. Así que no compramos más.Warren Buffet
Las acciones de Walmart se revalorizaron más de un 200% en los siguientes años. Buffett lo describe como la mayor oportunidad de inversión perdida de su carrera.
¿Cómo pudo uno de los mayores gurús de la historia cometer un error de principiante como ese?
Las emociones, en bolsa, son malas consejeras
En marzo de 2020, en pleno inicio de la pandemia, asistí a una conferencia virtual donde varios gestores de fondos daban su perspectiva sobre la evolución de la bolsa los próximos años.
Los tres primeros ponentes pintaron un panorama desolador en el que el coronavirus provocaría una crisis sin precedente de la que tardaríamos años en salir.
El cuarto, en cambio, dijo que lo más probable era que encontráramos una solución en unos meses y que la bolsa se recuperaría a una velocidad nunca vista.
La mayoría de los asistentes pensaron que estaba loco por sugerir que la bolsa podía subir teniendo en cuenta lo que estaba pasando.
La bolsa cerró el año con una subida de más del 30%.
¿Por qué la mayoría de los profesionales del mundo de la inversión cometen errores tan tontos a pesar de contar con las herramientas, los modelos y las estrategias más avanzados del mundo?Porque, con más frecuencia de la que les gustaría reconocer, dejan que las emociones nublen su juicio.
En el caso de Buffett, el presentimiento de que el precio volvería a bajar le hizo perder una oportunidad mil millonaria.
En el caso de los gestores de fondos, el pesimismo por la crisis sanitaria les llevó a sobrevalorar su impacto negativo y a ignorar que, históricamente, este tipo de situaciones suelen terminar más pronto que tarde.
Pero… ¿por qué?
Sesgos cognitivos
En un entorno ruidoso como el que vivimos, no tenemos más remedio que crear nuestra propia «realidad subjetiva» a partir de cómo percibimos y procesamos la información que nos llega.
Nuestro cerebro, en un esfuerzo por reducir el tiempo y la energía que implica decidir, toma atajos construyendo una versión simplificada del mundo.
Es sobre esa realidad subjetiva simplificada, y no sobre la información objetiva, sobre la que tomamos nuestras decisiones.
Al hacerlo, caemos en lo que en psicología y economía conductual se conoce como sesgos cognitivos.
Los sesgos cognitivos no son más que desviaciones del pensamiento lógico. No se trata tanto de errores de juicio como de suposiciones que aceptamos como válidas sin utilizar el pensamiento lógico para llegar a ellas.
El problema es que los sesgos cognitivos son una carretera de alta velocidad hacia la irracionalidad. Veamos un ejemplo.
El sesgo de la experiencia reciente
Los gestores de fondos de la conferencia habían visto como se esfumaba el 40% del valor de sus inversiones en 30 días.
El sesgo de la experiencia reciente les hacía ver la situación mucho más negra de lo que era en realidad.
No les culpo. Es difícil no prestar atención al presente cuando la bolsa no para de caer. Pero es igual de equivocado asumir que los malos tiempos durarán para siempre.
Fijarnos demasiado en lo que está ocurriendo ahora mismo desactiva nuestra capacidad de análisis y hace que tomemos nuestras decisiones basándonos en cómo nos sentimos en lugar de en qué nos dicta la razón.
Por el contrario, cuando la bolsa sube, tendemos a pensar que seguirá haciéndolo siempre. Bajamos la guardia, dejamos de ser tan metódicos como antes y comenzamos a actuar de forma irracional. Cuanto más sube el mercado, más apetito tenemos por comprar.
Dejarte llevar por las emociones te lleva a hacer justo lo contrario de lo que deberías. Terminas comprando caro y vendiendo barato.
Estos comportamientos son el pan nuestro de cada día entre todo tipo de inversores. Desde simples aficionados hasta gestores de fondos de primer nivel.
Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos muestra que este sesgo afecta, incluso, a generaciones enteras:
El hecho de que los hogares invirtieran relativamente poco en bolsa a principios de los años 80 está relacionado con los decepcionantes resultados de la bolsa en la década anterior. De igual forma, la participación relativamente alta de los inversores a finales de los 90 está relacionada con la excelente revalorización de la bolsa durante esa década.
Emociones e inversión
Las emociones pueden cortocircuitar nuestra capacidad de análisis hasta el punto de dejarla completamente inutilizada.
El problema es que, una vez que las emociones toman el control de nuestro pensamiento, es difícil eliminarlas de la ecuación y cambiar de rumbo.
Parafraseando un fragmento del genial ensayo «La Psicología del Dinero»:
Da igual que seas el mejor eligiendo acciones, que tengas unas capacidades analíticas increíbles, o un sistema de inversión inmejorable. Si pierdes la calma en el momento equivocado todo habrá sido en vano.Morgan Housel
Sólo hay una cosa más importante que una filosofía de inversión acertada: saber controlar tus emociones.
El carácter del inversor de éxito: 5 trucos para no volverte loco en bolsa
Entonces, ¿cómo nos aseguramos de que que las emociones no controlen nuestras decisiones de inversión? La principal diferencia entre los inversores que baten sistemáticamente al mercado y los que simplemente tienen suerte durante algún tiempo es el carácter.
Los inversores de éxito tienen la capacidad de mantener la calma cuando todo el mundo pierde la cabeza a su alrededor.
Dejando de lado el «pequeño» error con Wal-Mart, la clave del éxito de Warren Buffett, según él mismo, es no dejarse llevar por las emociones.
Si eres capaz de mantener tus emociones bajo control e ignorar el ruido, podrás aguantar el chaparrón en los peores momentos y no te dejarás arrastrar por la euforia en los mejores.
Recuerda que las mayores fortunas de la historia no se construyeron comprando y vendiendo acciones en función de los vaivanes emocionales del mercado, sino invirtiendo a largo plazo en empresas excepcionales.
Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de que mantienes la cabeza fría y los pies en el suelo en los peores momentos? Aquí tienes algunas ideas:
- Recuerda que la bolsa siempre sube a largo plazo: Cuando los mercados entren en zona de turbulencias, quita zoom al gráfico. Una cartera diversificada siempre gana dinero a largo plazo.
- Recuerda que tú no eres un especulador: Hacerse rico rápido suena muy atractivo, pero la realidad es que casi nunca funciona. Comprar acciones de empresas increíbles y mantenerlas a largo plazo es la única estrategia que ha demostrado funcionar históricamente.
- Recuerda que esto también pasará: Nada es para siempre. Ya sea un atentado o un virus, todo termina pasando y el impacto a largo plazo de cualquier evento es siempre menor de lo que parecía en un primer momento.
- Reduce el ruido: Si te cuesta mantener la calma, te recomiendo que dejes de leer la prensa económica un tiempo. Desinstala la aplicación de bolsa de tu teléfono. Mirar cómo van tus inversiones cada cinco minutos no va a hacer que el precio de las acciones suba.
- Distráete con algo útil: Si no puedes evitar obsesionarte, utiliza tu tiempo de forma productiva. Revisa tu método de inversión. Pregúntate por qué invertiste en las empresas en que lo hiciste y si los eventos recientes han provocado (de verdad) cambios fundamentales en tus tesis de inversión. El 90% de las veces la respuesta será «no».
Como dijo una vez el Pequeño Cabo…
Un genio es capaz de hacer lo normal cuando todos los demás pierden la cabeza.Napoleón Bonaparte
Buenas Alberto, muy interesante tu blog, lo sigo desde el primer dia. Espero con impaciencia la entrada donde hables de detectar «empresas excepcionales»
gracias.
Hola Sparza,
Gracias por seguirnos.
Elegir empresas excepcionales tiene parte de técnica y parte de arte.
Muy pronto publicaremos algo que estoy seguro que te va a interesar. 😉
Gracias!