A finales de enero, abril, julio y octubre, la mayoría de las empresas cotizadas publica resultados de cómo ha evolucionado su negocio en el trimestre anterior. Estas semanas se conocen como “temporada de resultados”.
Cada trimestre, los analistas publican estimaciones sobre los beneficios que creen que reportará cada empresa durante la temporada de resultados.
Si llegado el momento, los beneficios reales superan las expectativas de los analistas se produce una “sorpresa de beneficios”. Lo normal es que, tras una sorpresa de beneficios, las acciones se disparen en bolsa.
Pero no siempre es así. Veamos por qué:

Consenso vs. Expectativas

El consenso de los analistas es la media de sus estimaciones y es la referencia contra la que se comparan los resultados de una empresa. El problema es que, en muchas ocasiones, las expectativas de los inversores difieren significativamente de las de los analistas. Si hay demasiado optimismo en el mercado, puede ocurrir que los beneficios anunciados sean superiores al consenso de los analistas, pero inferiores a las expectativas de los inversores. Esta es la razón más común por la que algunos valores caen a pesar de anunciar resultados extraordinariamente positivos.

Calidad de los beneficios

Los beneficios de mayor calidad son los que se producen como resultado de un fuerte crecimiento de los ingresos. Esto indica un incremento en la demanda de los productos o servicios de la empresa. Sin embargo, en muchas ocasiones, las mejoras en los beneficios son el resultado de recortes de costes y otros «trucos contables». El problema con ese tipo de mejoras en márgenes es que normalmente no son sostenibles en el tiempo. Cuando el mercado percibe una mejora artificial de los márgenes, por muy positiva que sea la sorpresa en beneficios, lo más probable es que las acciones caigan.

Perspectivas futuras

Cuando compras una acción, estás comprando el derecho a recibir los beneficios futuros de una empresa. Por lo tanto, si una empresa supera los beneficios del último trimestre, pero advierte que en los próximos trimestres los beneficios serán menores, la acción caerá rápidamente. No importa lo positivos que sean los resultados que acaba de anunciar. El pasado ya pasó; lo único que importa es el futuro.